El taller para sentirse útil
Fotografías: Juan Lemus
Francisco nos explica su experiencia: “Yo aquí vengo de lunes a viernes, yo me lo tomo como un trabajo, como un arte. Físicamente y espiritualmente he cambiado muchísimo. Anteriormente estaba en la calle, en el alcohol, sin un rumbo fijo. Aquí me concentro en el trabajo, mentalmente estoy muy tranquilo. Y siempre agradecido. Son como mi familia”.
Luis lleva poco más de dos meses. Desde Arrels le comentaron si quería venir para dar apoyo en el pico de trabajo que tenían con el evento Intempèrie y la posterior campaña de Navidad. Como muchas personas que ha atendido Arrels, está jubilado. “Aquí me siento útil. Dar paseos está muy bien, pero llega un momento que no tener nada que hacer se hace duro”.
#nadiedurmiendoenlacalle es el objetivo de Arrels Fundación, una entidad que trabaja ofreciendo orientación y servicios de alojamiento, alimentación y atención social y sanitaria a personas sin hogar, además de realizar una labor de concienciación social.
Tener un hogar es la primera meta. Una vivienda digna proporciona estabilidad, intimidad y seguridad. Es la pieza fundamental que permite transformar la situación de estas personas.
Pero ¿qué pasa cuando se ha cubierto esta primera necesidad?
Vivir sin un techo durante diez, quince o veinte años produce cambios profundos en una persona, además de provocarle un deterioro físico y mental que muchas veces hace que no pueda volver a trabajar.
Cuando una persona deja de vivir en la calle, necesita ocupar su tiempo y darle sentido. Arrels acompaña a estas personas también en todo este proceso: recuperar la relación con el entorno, aprender a gestionar el tiempo e integrarse en una sociedad de la que han sido excluidas.
Tras años de rodaje -La Troballa lleva ya 20 años a sus espaldas-, el taller ha ido evolucionando igual que lo hacen sus usuarios: creciendo y especializándose para dar salida a las habilidades y el potencial de todas estas personas. Hay ingenieros con grandes capacidades para la carpintería, artistas que han recuperado hábitos de creación o personas, como Francisco, que han aprendido el oficio de la encuadernación después de años dedicándose a esta actividad en el taller.
La Fundación Caja de Ingenieros se suma a este objetivo apoyando La Troballa
Un taller ocupacional creado como taller “de baja exigencia”, ya que la parte técnica es simplemente la oportunidad para recuperar hábitos y crear vínculos. “Venir bien vestido, decir buenos días, comer juntos, agradecer. Este es el primer objetivo del taller”, explica Juan, responsable de comunicación de Arrels.
Aquí, los usuarios encuentran un propósito para ocupar su tiempo de forma productiva. Sentirse útil: la gran piedra angular de la salud emocional. Crear como terapia contra el aislamiento y la soledad. Compartir tiempo para sentirse parte de una comunidad.