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2022: bancos centrales, inflación y conflictos bélicos

03.04.2023

A pesar de cerrar en positivo durante el último trimestre, los principales activos financieros cerraron 2022 con caídas generalizadas, en un año marcado por los elevados niveles de inflación a escala global, por el cambio de paradigma en la política monetaria y por el conflicto bélico en Ucrania. En el plano social, China finalmente anunció una notable relajación de las políticas de covid cero tras una serie de manifestaciones de protesta por parte de la población civil. En términos geopolíticos, en el Reino Unido Liz Truss anunció una serie de políticas fiscales expansivas acompañadas de rebajas impositivas que provocaron pánico en los mercados, lo que la forzó a dimitir tras la pérdida de la confianza de su propio partido político, siendo relevada por Rishi Sunak, el cual logró aportar cierta estabilidad a los mercados financieros. También en el plano político, en Italia se celebraron elecciones con la victoria del partido Hermanos de Italia, lo que permitió una coalición de derechas para gobernar.

En términos de política monetaria, la Reserva Federal lanzó un mensaje contundente durante su última reunión en favor de reducir las presiones inflacionistas en detrimento del ciclo económico. La autoridad monetaria reducía la intensidad de las subidas a 50 puntos básicos, llevando el tipo oficial al rango del 4,25-4,50%, y situaba las proyecciones de los dots en niveles más restrictivos, alcanzando el rango del 5,0-5,25 % para posteriormente relajarse hasta el rango del 4,0-4,25 % en 2024. Por su parte, el Banco Central Europeo siguió la estela de su homólogo estadounidense y subió, en su reunión de diciembre, 50 puntos básicos los tipos de interés de referencia para situarlos en el 2,0-2,5 % tras haberlos elevado en 75 puntos básicos en las dos últimas ocasiones. Además, anunció la puesta en marcha de un QT para reducir el balance por valor de 15.000 millones de dólares al mes.

En el plano macroeconómico, el último dato del IPC estadounidense fue menor al esperado por el consenso al situarse en el 7,1 % (vs. el 7,3 % esperado y el 7,7 % anterior), mientras que el IPC subyacente fue del 6,0 % (vs. el 6,1 % y el 6,3 %). Por segundo mes consecutivo, la tendencia a la baja de la inflación confirmó que el endurecimiento de la política monetaria está dando sus frutos. El organismo que preside J. Powell elevó sus perspectivas de crecimiento real para 2022 hasta el 0,5 % (vs. el 0,2 % anterior) y rebajó las correspondientes a 2023 hasta el 0,5 % (vs. el 1,2 %) y a 2024 hasta el 1,6 % (vs. el 1,7 %). En cuanto a la inflación, la Fed elevó sus previsiones para todos los periodos: un 5,6 % para 2022 (vs. un 5,4 % anterior); un 3,1 % para 2023 (vs. un 2,8 %); y un 2,5 % para 2024 (vs. un 2,3 %). Al otro lado del Atlántico, el IPC interanual de la zona euro correspondiente al mes de noviembre fue del 10,1 % (vs. el 10,0 % esperado y el 10,0 % anterior), y el IPC subyacente interanual fue del 5,0 % (vs. el 5,0 % y el 5,0 %). Por su parte, el Banco Central Europeo elevó sus perspectivas de crecimiento real para 2023 hasta el 3,4 % (vs. el 3,1 % anterior), rebajó las correspondientes a 2023 hasta el 0,5 % (vs. el 0,9 %) y mantuvo las de 2024 en el 1,9 %. En cuanto a la inflación, el BCE la elevó para todos los periodos: un 8,4 % para 2022 (vs. un 8,1 % anterior); un 6,3 % para 2023 (vs. un 5,5 %); y un 3,4 % para 2024 (vs. un 2,3 %).

Los rendimientos de los bonos gubernamentales siguieron escalando durante el trimestre. Así pues, el rendimiento del bono a 10 años alemán durante el segundo semestre se amplió en 46 puntos básicos para situar su rendimiento en el 2,57 %. En Estados Unidos, el Treasury a 10 años amplió en 5 puntos básicos hasta el 3,87 %.

En cuanto a la presentación de resultados correspondientes al tercer trimestre de 2022, el 60 % de las compañías que conforman el S&P 500 sorprendieron positivamente en términos de ingresos (que avanzaron un 11,5 %), y el 69 % lo hizo en beneficios por acción (un +3,4 %). Con respecto al Euro Stoxx 600, el 73 % de estas compañías situaron la evolución de los ingresos (un +25,9 %) por encima de las previsiones, y el 54 % hizo lo propio en beneficios por acción (un +23,9 %). Estos resultados estuvieron fuertemente impactados por el sector energético, el cual se vio beneficiado por la crisis energética.

El último trimestre del año cerró con subidas a ambos lados del Atlántico, aunque fueron insuficientes para recuperar las caídas acontecidas desde inicios de 2022. El Euro Stoxx 50 avanzó un 14,3 % durante los tres últimos meses de 2022 y situó su rendimiento en el conjunto del año en el -11,9 %. Por su parte, el IBEX 35 se apreció un 11,7 % durante el cuarto trimestre del año y finalizó en el -5,6 % en 2022. En Estados Unidos, el S&P 500 se apreció un 7,1 % desde el cierre de setiembre y acabó con una caída del -19,65 %. Finalmente, el MSCI Emerging Markets se depreció un -9,2 % durante el último periodo para alcanzar una rentabilidad equivalente al -21,78 % al cierre del año.

Por lo que respecta a las materias primas, el precio del Brent se mantuvo apenas sin cambios durante el trimestre y el año en torno a los 80 dólares, a pesar de haber sobrepasado los 120 dólares tras el inicio del conflicto bélico en Ucrania. En cuanto al oro, se apreció un 9,8 % en el periodo, si bien su rendimiento en 2022 ha sido del -0,3 %. Por último, el cruce eurodólar cerró el 2022 en 1,0705 desde 0,9802 vistos al cierre de setiembre debido al catch-up en términos de política monetaria del BCE.

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