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Tendencias de Fondo: Cambio de rumbo en los EE. UU.

26.11.2020
La noche electoral en Estados Unidos se cerró sin tener un claro vencedor. El principal motivo de ello es el sistema de recuento del voto anticipado y por correo de cada estado, un voto que ha registrado en estos comicios unas cifras récord debido a la crisis sanitaria del coronavirus.

Ante este escenario, tuvimos que esperar cuatro días después de las elecciones para conocer el nuevo presidente de los Estados Unidos. Tras anotarse Pensilvania, Joe Biden se aseguraba los suficientes votos electorales para proclamar su victoria, si bien continúa a la espera de que la Agencia declare oficialmente la victoria para iniciar los trámites.

Por su lado, Donald Trump, que se autoproclamó vencedor de las elecciones la misma noche electoral a la espera de tener todos los votos escrutados, ya ha anunciado que se niega a aceptar aquellos votos emitidos con anterioridad al día de las elecciones pero recibidos tras el cierre de los colegios electorales. Por ello, gana fuerza un desenlace que podría terminar en los tribunales, y, en el peor de los casos, no es descartable una impugnación de los resultados. Esta situación es la más negativa desde un punto de vista económico, ya que en un momento como el actual de crisis sanitaria urge la aprobación de políticas fiscales y económicas.

Por tanto, los últimos datos convierten al que fuera vicepresidente de Barack Obama en el próximo presidente de Estados Unidos. Los puntos más relevantes de su programa electoral son, entre otros:

I. En política comercial, una desescalada en la tensión en las relaciones comerciales, sobre todo con China. Creemos que Biden continuará con la política de aranceles, aunque es probable que retome el diálogo con las autoridades chinas.

II. En materia fiscal, el recién elegido presidente propone revertir en parte la reforma fiscal de Trump, y elevar del 21% al 28% el impuesto sobre sociedades con un tipo mínimo efectivo del 15%. Aun así, no regresaría al tipo del 35% que había en el mandato de Obama. En 2018, los sectores que más se beneficiaron de la bajada de impuestos fueron las grandes empresas de telecomunicaciones, servicios públicos y consumo tanto cíclico como no cíclico. Otros sectores como, por ejemplo, el tecnológico, inmobiliario o materiales se vieron mucho menos afectados. Así, ante una subida impositiva, los sectores que más se beneficiaron en 2018 creemos que ahora serían los más perjudicados. Paralelamente, también plantea subidas de impuestos en las rentas más altas y en el impuesto de sucesiones.

III. Fomentar políticas e inversiones a favor de las energías verdes, así como volverse a unir al Acuerdo de París, el cual establece medidas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, con el objetivo de conseguir un país neutro en emisiones de CO2 en 2050. Para ello, Biden presentó durante la campaña un plan para abordar el cambio climático con una inversión de 1,7 billones de dólares en 10 años, que incluye propuestas como la instalación de quinientos mil puestos de carga de vehículos eléctricos en todo el país para 2030.

IV. Continuación con los planes de estímulo económico que se aprobaron durante los primeros meses de la pandemia, en los que el Congreso inyectó 3,4 billones de dólares en ayudas a la economía. Antes de las elecciones, los partidos estaban en fase de negociación de un nuevo plan de estímulo fiscal en el que los demócratas proponían un plan de 2,2 billones de dólares, mientras que el partido de Donald Trump proponía uno de 1,8 billones de dólares. En este punto será determinante conocer la composición de las cámaras. En el caso de que siga la actual división, obligará a ambos partidos a seguir con las negociaciones para sacar adelante el plan.

V. Regulación antimonopolio contra las grandes tecnológicas. El foco de atención se mantendrá en compañías de primer nivel como, por ejemplo, Google, por su liderazgo en el motor de búsqueda y publicidad; Apple, por las políticas de su tienda de aplicaciones; Facebook, por la cuestión de los datos y la privacidad; o contra Amazon, por utilizar datos de vendedores para el desarrollo de sus propios productos. El desenlace de este punto dependerá, como en el anterior caso, de la composición del Congreso.

VI. Otros factores relevantes que incorpora el programa electoral demócrata son los siguientes: una revisión del sistema de salud actual y expansión del Obamacare ampliando las coberturas o la edad mínima para acceder a ellas; recortes en gasto militar; y políticas económicas más cercanas a mitigar la desigualdad salarial como, por ejemplo, el aumento del salario base a 15 dólares/hora.

Sin embargo, recordemos que el día de las elecciones americanas, más allá del presidente de los Estados Unidos, los votantes también elegían los parlamentarios de la Cámara de Representantes y del Senado. Actualmente, la primera institución está dividida, teniendo la mayoría el partido demócrata, y parece que seguiría así los próximos cuatro años; mientras que los republicanos, a priori, salvaguardarían la mayoría en el Senado, aunque falta conocer los resultados en el estado de Georgia, donde se tendrá que celebrar una segunda vuelta, prevista para principios de enero, después de conocer que ninguno de los candidatos ha conseguido un mínimo del 50% de los votos. En caso de que se mantuviera el escenario actual, independientemente de quien sea el presidente, al igual que en la anterior legislatura, forzaría a ambas partes a sentarse a negociar grandes cambios en el ámbito de política económica y podríamos descartar tanto la “ola azul” como la “ola roja”, escenario en el que demócratas o republicanos respectivamente logran la presidencia de los Estados Unidos además de la mayoría en ambas cámaras. Por el contrario, una victoria demócrata en Georgia determinaría el control del Senado a favor del partido demócrata, lo que facilitaría al presidente electo a ejecutar su programa electoral teniendo la mayoría en ambas cámaras.

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